Asimismo, Blanco solicita conocer “el alcance y propósitos de las declaraciones de la Sra. Ministra de Relaciones Exteriores, Comercio Exterior y Culto en relación al reconocimiento de los derechos de los isleños y su relación con la visita del ministro de RR.EE del Reino Unido a nuestras Islas Malvinas y cuáles son los principios, métodos y líneas de acción de la política de gobierno respecto de la cuestión Malvinas y cuál es el instrumento formal por el cual serán puestas oportunamente en conocimiento de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de la Nación”.
El senador fueguino sostuvo que “llama profundamente la atención la secuencia de dichos de la Canciller argentina en el sentido de reconocer los derechos de autodeterminación de los kelpers, la interacción amistosa en Davos entre ella, el presidente Milei y el ministro de RR.EE del Reino Unido en el Foro de Davos, seguida por la visita de éste a Malvinas y sus declaraciones permiten identificar una cadena de causa y efecto en el sentido de una atenuación del reclamo a que obliga nuestra Constitución Nacional”-
“En la jurisprudencia y las buenas prácticas diplomáticas, la omisión de reacción, frente a las acciones de un adversario por una disputa de derechos soberanos, recibe el nombre de aquiescencia y conlleva una concesión de acuerdo implícito. La agregación de aquiescencias construye argumentos y, eventualmente, puede ser factor determinante para la consolidación de derechos”, alertó Blanco.
El senador radical remarcó que “la visita del canciller británico a Malvinas y sus declaraciones en términos de sostener los derechos de autodeterminación de los kelpers -lo cual implica la soberanía del Reino Unido sobre las Islas como parte de la Comunidad Británica de Naciones- adquiere otra dimensión puesto que se trata de una grave provocación tan injustificada como innecesaria en el contexto creado por la Resolución 2065 de la Asamblea General de las Naciones Unidas”.
“En tal contexto, las declaraciones del canciller británico en Malvinas soslayan el consenso del orden internacional en el sentido de que la solución es a través de negociaciones bilaterales. Una declaración de soberanía como la planteada constituye en el lenguaje diplomático un acto unilateral de provocación. “Luego de la visita de Cameron a las islas y de sus declaraciones, la acción diplomática imprescindible era un rechazo y repudio inmediato e inequívoco de manera formal y no a través de versiones periodísticas o de la red Twitter”, finalizó el senador de la UCR.