Ushuaia 27 de abril 2020.- Vivimos un momento de desafío excepcional para la humanidad. La Argentina, en pleno funcionamiento de la democracia y sus instituciones, ha dispuesto el aislamiento social, preventivo y obligatorio. El éxito inicial de elegir la vida es de todas y todos, no hay en esto oficialismo ni oposición, por el contrario, en otros lugares que privilegiaron la continuidad de la actividad económica se vieron obligados a rectificarse, recurrir tarde a la cuarentena producto de que la infección se multiplicó. En el camino muchas vidas se perdieron y la economía sufrió los mismos problemas que todos.

Rechazamos pues, categóricamente, el intento de caracterizar como autoritaria la respuesta que la propia sociedad ha dado través de sus  representantes para afrontar una situación de una excepcionalidad y gravedad inusitadas. En efecto, cada uno de los poderes del Estado, ejerciendo con independencia sus funciones, y en el marco del Estado de Derecho, ha tomado las decisiones que juzgaban necesarias, y ha logrado minimizar el contagio por SARS-CoV-2.

 

Ponemos a consideración de la ciudadanía estas apreciaciones muy acotadas, que no agotan los temas sobre los que la actualidad nos impone una reflexión seria y desinteresada. Lo hacemos, además en polémica abierta con un reciente pronunciamiento de figuras conservadoras y ultraliberales de diversos países de Iberoamérica que en un documento reciente, buscan lastimar el consenso ciudadano respecto de la acción cooperativa que el momento exige. En él, acusan “a los gobiernos de nuestro país, España y México de acaparar, en estos momentos de crisis, prerrogativas políticas y económicas”.

Tal caracterización carece de la honestidad intelectual necesaria para el debate en las sociedades republicanas y democráticas. No queremos consentir la posibilidad de que estas visiones extremistas impongan lecturas distorsivas de la realidad.

 

El freno a la actividad económica que la pandemia ha causado en todo el mundo, pone en evidencia las desigualdades sociales atroces e inaceptables provocadas por la hegemonía de las políticas neoliberales que defienden los firmantes del aludido pronunciamiento y los portavoces locales del mismo desde hace más de cuarenta años. La amenaza vital del virus terminó con todos los pretextos para mirar hacia otro lado o negarlas, como lo hacen ciertos relatos ideológicos que a veces son aceptados en la comunicación pública como normales o munidos de “lógica económica”.

Merecemos una discusión profunda sobre las condiciones futuras de igualdad y fraternidad que deben imperar a la salida de esta crisis, donde los que ya estaban impedidos del ejercicio pleno de los derechos que hacen al respeto de la dignidad de las personas y a la democracia, no experimenten sacrificios todavía mayores.

Nos comprometemos a aportar lo que esté a nuestro alcance para un retorno pronto de la actividad legislativa, proponiendo como primer punto de la agenda del Congreso el impuesto extraordinario a las grandes fortunas para establecer condiciones equitativas en el relanzamiento de la economía y en la renovación de la aspiración colectiva al buen vivir. No se trata de ánimo persecutorio ni de espíritu de rencor. ¿Quién puede sinceramente creer semejante tontería? Se trata simplemente de la ética de la solidaridad.

 

Acompañamos también, por el conjunto de las y los argentinos, la propuesta del gobierno para la reestructuración de la deuda. Argentina no puede ni debe pagar sobre el dolor de sus mujeres, varones y niñes. Apoyamos y queremos contribuir al fortalecimiento de las capacidades estatales. Las medidas de apoyo a PyMES son necesarias y asimismo consideramos que el sector bancario debe comprender también la necesidad de un mayor compromiso de su parte en la tarea a emprender. En el mismo sentido, acompañamos las medidas que en el marco de la legislación vigente se adopten para impedir especulaciones en los precios y en el abastecimiento y entrega de bienes básicos a los sectores más vulnerables de la sociedad. El hombre de paja del “ogro” estatal se quema cuando el Estado innova, sostiene y tutela los derechos de la ciudadanía.

No está en peligro la democracia ni la República en Argentina, lo que está en riesgo es la salud, la calidad de vida y la equidad.
Como hombres y mujeres comprometidos con el pensamiento progresista, ratificamos nuestra voluntad de reconstruir la Argentina que merecemos en el marco de la democracia con justicia social, con más libertad y más igualdad.

 

Desde el PSP:

-Acompañamos la política sanitaria y social frente a la pandemia.‬

‪- El Congreso debe sesionar y con urgencia sancionar una ley de impuesto a las grandes fortunas.‬

‪- Los Bancos tienen que hacer un aporte a la salida de esta tremenda crisis ‬

-‪Apoyamos también, la propuesta del gobierno para la reestructuración de la deuda. La Argentina no puede ni debe pagar sobre el dolor de sus mujeres, varones, niñas y niños. ‬