Ushuaia 14 de julio 2022.- El activismo por la declaración de Península Mitre como Área Provincial Protegida multiplica el interés por lo que sucede aguas adentro del Canal Beagle. Un libro que nació de un proyecto de Extensión Universitaria y que hoy le está enseñando a las y los ushuaienses a distinguir macroalgas.

Gabriela González es docente e investigadora del Instituto de Ciencias Polares, Ambiente y Recursos Naturales (ICPA) de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur y del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC-CONICET), dio detalles sobre la elaboración.
Todo comenzó con un proyecto de Extensión Universitaria financiado por la Secretaría de Políticas Universitaria que contó con el apoyo de la Universidad. El apoyo del CADIC fue el puntapié inicial para el trabajo.
“El proyecto involucraba algas e invertebrados, animales. Lo hicimos en el Parque Nacional el proyecto, la bajada era darle charlas a la gente de Parques Nacionales, en escuelas, la publicación en La Lupa, después nos invitaron a los colegios a hablar sobre esto. Porque también hay interés en la comunidad” relata González.
A esto se sumó “un curso de posgrado que realizamos en 2019 que organizamos con colegas chilenos. Un año anterior hubo una invitación de ellos y se hizo un curso muy parecido en Punta Arenas” el curso se repitió en Ushuaia, “con mucha concurrencia. Chicos que vinieron desde México, Chile, Perú. De Argentina también había bastantes alumnos”.
Una de las finalidades del curso era que los participantes aprendieran a recolectar algas e identificarlas. “Todo el material que se realizó en el curso es el que van a ver en la guía”. El proceso desde el trabajo de campo hasta la publicación del libro fue bastante extenso.

Al igual que las turberas, las macroalgas cumplen un rol trascendental. Los bosques submarinos producen oxígeno y secuestran dióxido de carbono, por lo cual tienen una función no solo valiosa en la oxigenación del planeta, sino en la mitigación del cambio climático. Esta es una de las razones, por ejemplo, por las que hace más de 30 años se pide una urgente protección de Península Mitre, rodeada de bosques de macroalgas donde conviven especies marinas fueguinas.

Para este trabajo, en una primera instancia se publicó una guía digital, bastante diferente a la que publicó luego la Editora Cultural de Tierra del Fuego, que resulta más didáctica y para un público general.
Hubo una convocatoria lanzada por la Editora Cultural a la que se presentó el equipo que realizó la primera guía en la que quedaron seleccionados. “Hubo todo un proceso de corrección, de agregar los contenidos que nos pidieron los evaluadores e hicimos una cuestión un poco más gráfica. Hay un cambio entre una edición y la otra”.
Se trata de trasladar los conocimientos científicos del lenguaje academicista para que cualquier vecino y vecina lo pueda entender. La investigadora considera que “cuesta, al principio” pero “tenemos que hacerlo, para que sea algo que cualquier persona lo pueda entender”.
“La editora nos ayudó mucho en esta parte. Ellos, viendo cuál era el objetivo de la guía, participaron mucho, nos propusieron cosas más didácticas”. Un ejemplo de esto, es la inclusión de la señalización del tamaño “para que la gente sepa, aproximadamente, si es chiquita, si es grande el alga”, algo que quizás no se llega a distinguir directamente en la foto. “Estas cuestiones, que son mínimas, hacen más fácil entender”.
Es una tarea compleja hacer la transición desde el lenguaje científico al coloquial. El CADIC trabaja constantemente en esto a través de la revista de divulgación científica La Lupa, de distribución gratuita en establecimientos educativos.
Consultada sobre la participación de la comunidad en el tema, la investigadora remarcó que “existe un mayor interés. Sobre todo en los colegios. Por ejemplo, hace uno tiempo nos llamaron por un artículo de La Lupa porque venían con jornadas de trabajo sobre lo que hay en el Canal” relató.
La guía actualmente se puede encontrar en todos los colegios, en las bibliotecas populares y en las tres ciudades de Tierra del Fuego. Gabriela cuenta que hubo un pedido también de parte de la Armada, “yo trato de acercárselos a toda la gente que viene y consulta”.
Resultó un trabajo que, además de todo lo que enriquece a quien se interese por los bosques de macroalgas, se suma a los argumentos que respaldan los proyectos que piden la declaración de Península Mitre como Área Provincial Protegida que está, nuevamente, a la espera de la decisión política para que se concrete la ley.
En referencia a intentos anteriores por crear el área protegida, la investigadora del CONICET opinó que “lo que noto a lo largo de los años es como que no está avanzando demasiado porque lo tratan, llega hasta un punto y otra vez. Es lo que veo a lo largo de los años”. Pero a medida que el tiempo pasa, el interés y el conocimiento se incrementan. ¿Será este el año donde se pueda ver concretado el nacimiento del área protegida? Está todo en manos de la Legislatura.
Un trabajo que involucró una verdadera transversalidad institucional al nacer desde la Universidad y el CADIC y llegar a convertirse en una guía que cualquiera puede adquirir y utilizar.


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