Ushuaia 30 de agosto 2017.- Todo lo que tenés que saber sobre “la pastilla del día después”

Un relevamiento realizado por La Hoguera, pone en evidencia como las leyes se convierten en letra muerta cuando el desconocimiento y la moral predominan en una sociedad que prefiere ver adolescentes embarazadas antes que vender anticonceptivos de emergencia.

La “píldora del día después” es uno de los métodos de anticoncepción hormonal de emergencia (AHE). Es un medicamento al que pueden recurrir las mujeres para evitar un embarazo inmediatamente después de haber tenido una relación sexual sin protección anticonceptiva o cuando el método utilizado falló. Es necesario enfatizar en que este método, NO es abortivo, ya que impide que los espermatozoides tomen contacto con el óvulo, evitando la fecundación. No debe usarse de manera habitual.

La efectividad de la píldora aumenta hasta un 94 por ciento, si se toma entre las primeras 12 horas de haber mantenido la relación sexual sin protección. Por eso, desde La Hoguera, advierten que es necesario encontrar mecanismos ágiles que permitan a las mujeres ejercer la soberanía sobre sus cuerpos, para que las leyes que buscan garantizar la salud reproductiva no se conviertan en expresiones de deseo en un mundo de burócratas y profesionales moralistas.

ANMAT, el desconocimiento y la doble moral

La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica es  un organismo descentralizado que se encarga de llevar adelante los procesos de autorización, registro, normatización, vigilancia y fiscalización de los productos de su competencia en todo el territorio nacional. Establece, entre otras cuestiones, qué remedios pueden ser vendidos con o sin receta médica.

Según el organismo oficial, el Levonorgestrel se vende exclusivamente con receta médica. Al igual, por ejemplo, que el “Ibuevanol Rápida Acción Plus”. En ninguna farmacia de la capital fueguina, solicitan la receta para la compra de este último remedio. Sin embargo, según el relevamiento que realizó la organización feminista, en la mayoría de las farmacias de Ushuaia solicitan receta para la venta de la “pastilla del día después”. La moralidad disfrazada de legalista y la falta de información sobre este anticonceptivo de emergencia, hacen que los derechos de las mujeres plasmados en leyes nacionales y provinciales se vean obstruidos.

Un ejercicio de memoria

Quien era el titular de la Defensa Pública Dr. Julián de Martino –hoy premiado como Juez de la Cámara de Apelaciones de la Sala penal-  en representación de los derechos colectivos de “los niños por nacer” y olvidándose de los derechos de las mujeres que ya nacieron, solicitó durante el año 2007 la prohibición de la entrega de la “pastilla del día después”, alegando que la píldora era abortiva. Por ese entonces, la Jueza Dra. Adriana Rapossi –ser mujer, no implica ejercer la profesión con perspectiva de género- dictó una medida cautelar y ordenó al Gobierno provincial suspender la repartición del anticonceptivo hormonal de emergencia, que se distribuía de forma gratuita en los hospitales públicos a través del Programa Nacional de Salud Sexual y Reproductiva.

La causa siguió su curso y la Justicia machista también. De Martino, pidió ampliar la medida cautelar y el juez Guillermo Penza, prohibió la comercialización del fármaco. Pasaron 4 años.

Una decisión que tomaron nada más que tres personas, cercenó durante 4 años los derechos reproductivos de todas las mujeres de de la capital fueguina.

Algunas de las farmacias relevadas por La Hoguera, argumentan hoy que la “pastilla del día después” se encuentra judicializada, motivo por el que piden la prescripción médica para su comercialización.

Nuestras preguntas…

¿Sabrán las adolescentes que pueden concurrir a la guardia de los hospitales públicos y centros médicos para solicitar el anticonceptivo hormonal de emergencia? Lo desconocemos, pero lo dudamos. Si sabemos que, según datos del Ministerio de Salud Nacional, el embarazo adolescente representa un 15 por ciento del total de nacidos vivos en la provincia. También sabemos, que el 65 por ciento de las mujeres entre 15 y 19 que concurre al médico, lo hace por diagnósticos relacionados con el embarazo.

En Argentina, quedan deudas pendientes, que se sienten en las muertes de mujeres por abortos clandestinos y por supuesto afectan en mayor proporción a quienes viven en la pobreza. Hace falta mucha más educación sexual integral en las escuelas, para que las niñas y adolescentes se empoderen derechos que ya existen pero que les son ajenos, porque la sociedad censura a las jóvenes que se inician sexualmente, mientras aplaude la mercantilización de los cuerpos femeninos en los programas de televisión, que también miran las y los adolescentes. Porque en el fondo, el disfrute y el goce en el sexo sigue estando reservado para el hombre. Para la mujer está reservada la responsabilidad reproductiva. En el fondo del corazón héteropatriarcal de esta sociedad, si las mujeres tienen sexo, deben ser madres.

Y como esta responsabilidad está en nuestras manos y queremos tener relaciones sexuales sin ser madres, ni morir en el intento, seguimos gritado, educación para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto seguro y gratuito para no morir.