Ushuaia 31 de julio 2023.- Victoria Herrainz es una fueguina que forma parte de la delegación argentina que viajará este mes a India para participar del Youth 20 -el G20 de la juventud-. Una cumbre a la que llevará la temática de la Antártida y la necesidad de crear áreas marinas protegidas.

“Todos sabemos qué es la ONU, todos sabemos más o menos de qué se trata el G20, el Mercosur o la Unión Europea, pero poco sé del Sistema del Tratado Antártico”, plantea la politóloga de 29 años, Victoria Herrainz, quien en pocos días estará viajando a India para participar -representando a Argentina- de la cumbre internacional Youth 20.

El foro de las juventudes del G20 (o Grupo de los 20) ocurrirá en India entre el 17 y el 20 de agosto. “El país anfitrión propone cinco temas para el Y20 de este año: cambio climático, gobernanza, salud, bienestar y deporte, futuro del trabajo y, el tema en el que estoy yo, construcción de la paz”, explica Victoria sobre su participación.

Herrainz, fueguina de nacimiento y con mucha impronta patagónica, cuenta por qué aplicó para la temática de Construcción de la paz y reconciliación: “Estoy terminando una Maestría en Estudios Antárticos, mediante la cual pude conocer las características del Sistema del Tratado Antártico. Una de ellas -la más importante para mí- es que todas las decisiones se toman con consenso. Realmente, creo que se trata del sistema internacional más exitoso que existe», dice de este acuerdo originalmente firmado por 12 países, y que hoy está integrado por 54 países.

De chica, la Antártida representaba para Victoria solamente un lugar muy aislado y alejado. Las cosas cambiaron -un poco- en su etapa universitaria: “Yo estudié Ciencia Política y en la materia de Relaciones Internacionales nadie me habló del Sistema del Tratado ni de la importancia que tiene Argentina en él. Es una historia de la que somos protagonistas, ya que nuestro país ha tenido presencia ininterrumpida en el continente blanco desde 1904”.

“Cuando volví a vivir a Tierra del Fuego, con la carrera ya terminada, quería hacer un posgrado y me mencionaron la Maestría de Estudios Antárticos aquí, en Ushuaia. Me anoté el último día y me terminé enganchando de forma tal, que gracias a esa maestría pude darle una vuelta de rosca a mi profesión y conjugar la política y lo ambiental”.

Desde Ushuaia, puerta de la Antártida, Victoria coordina el proyecto más austral de la fundación de conservación marina «Por el Mar» (PEM), una organización compuesta por científicos, activistas, comunicadores y expertos en políticas públicas. Este proyecto busca promover la creación de un área marina protegida en la Península Antártica, una propuesta elevada por Chile y Argentina en 2018 ante la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), el organismo que reúne 27 países para regular la conservación en Antártida.

Precisamente el valor ambiental y la importancia política de la Antártida, se aprecian en la historia que Victoria recapitula sobre el Tratado Antártico. “Entre 1957 y 1958 se celebró el año geofísico internacional, un hecho sin el cual no existiría el Tratado. Este evento científico llevó a doce países a instalarse un verano completo en la Antártida: se hicieron más de 40 bases de los diferentes países, que empezaron a desarrollar estudios sobre geología, glaciología, meteorología, oceanografía… Al observar todas las variables, pudieron apreciar que la Antártida funciona como un regulador del clima global, y que era necesario preservar el ecosistema para la paz y la ciencia. Un año después (1959), se firmó el Tratado, congelando las reclamaciones territoriales y estableciendo principios de no militarización”.

“El Tratado es, además, el único acuerdo que firmaron la Unión Soviética y Estados Unidos durante la Guerra Fría. Claramente, hay algo que aprender de este sistema, que podemos trasladar a otros espacios y veo muy interesante que, como juventudes, podamos hacer esa transversalidad de los diferentes organismos internacionales”.

“En el concepto original del Tratado entiende que la Antártida es el corazón del océano. Parece que está completamente aislada, pero es donde se mezcla toda la comida, en términos de columnas de agua. A su vez, la Península Antártica es el corazón de la Antártida, porque es donde circula la mayor cantidad de nutrientes: es donde tenemos concentrada la base de la cadena trófica de la Antártida, que es el krill, el cual sostiene a todas las especies que están en ese ecosistema”, explica Victoria sobre esta zona que, tanto Argentina como Chile, reclaman que se convierta en un área marina protegida.

Herrainz opina que, en este sentido, la Fundación Por el Mar (PEM) tiene un rol fundamental en términos de conservación marina, con proyecciones que superan al Mar Argentino. “Si pensamos que el océano es uno solo y que la Antártida es el corazón del océano, tenemos que defender a ese gran músculo que bombea nutrientes constantemente hacia otros rincones del planeta”.

“PEM tiene la perspectiva transversal de que no estamos protegiendo solo un espacio, sino que estamos aportando al sostenimiento del ecosistema en sí mismo. Sabemos que lo estamos dañando, pero también entendemos que, protegiendo determinados espacios, le damos la chance al sistema biológico de recuperarse. Y esa es la propuesta para la protección de la Península Antártica, el lugar donde hay mayor concentración de bases de todos los países, que nuclea el 95 % del turismo antártico y, también, a la mayor cantidad de espacios de reproducción de especies clave como el pingüino de Adelia, pingüino Barbijo, foca cangrejera, foca de leopardo, etc.”.

“La Península sostiene diferentes actividades: la científica, la comercial y la pesquera. Justamente, lo que buscamos con la aprobación del área marina protegida es limitar las zonas donde se pesca, para garantizar que el sistema se pueda recuperar, ya que la pesca industrial pone en peligro el equilibrio del ecosistema. Otra cosa muy importante es que el hielo marino está retrocediendo muchísimo, perdiendo mucha masa, y allí es donde estas especies frenan para reproducirse; además, al ser un manto de hielo, la Antártida, refleja el calor del sol y eso nos permite tener una temperatura templada en la tierra”.

En abril, Victoria viajó a la India para participar de la pre-crumbre, “una instancia previa que estuvo buenísima porque conocí a delegados de otros 19 países, además de los países invitados. Cada delegación lleva sus propuestas por tema, después se pasa a una instancia de ‘mesa redonda’ y, luego, se trabaja en un comunicado final”. Según ella misma dice, su tarea será traccionar para que los puntos propuestos por la delegación argentina se vean reflejados en el comunicado, que luego los cancilleres llevarán luego a la reunión del G20 con jefes de Estado.

Además de los temas relacionados a la paz y el Tratado Antártico, Victoria suma otros conceptos para su viaje a la India: “Me parece fundamental la participación activa de la juventud en la toma de decisiones. Esa es una de las propuestas que tenemos como delegación porque nos llaman para dar nuestra opinión, pero ¿cuándo vamos a estar tomando decisiones? Como juventud, tenemos que poder pensar, hacernos de herramientas que permitan que nuestras ideas lleguen”.

“A veces veo que está implícita la idea de que los jóvenes estamos siempre haciendo quilombo y no se trata de eso, pero tampoco vamos a esperar que nos digan que pasamos de ser el futuro a ser el presente. Ya somos el presente, ya somos adultos insertados como agentes productivos.”

 

Agencia Ambiental 

Proveedora de noticias e información sobre asuntos ecológicos, ambientales y culturales de la Patagonia y la Antártida Argentina