A diferencia de otras transiciones, “este gobierno finaliza con la totalidad de los ministros y sus equipos trabajando y funcionando a pleno. La buena relación, el orden y la sistematicidad, es un hecho histórico, que sirve como ejemplo, pero que a la vez; para que no quede como algo anecdótico. Debe dar lugar a una normativa que a futuro permita establecer las garantías necesarias para que las próximas transiciones se den de la misma forma”, indicó.
Al referirse a aquellas cuestiones pendientes, Araque analizó que “faltaron cosas y muchas no las hemos sabido resolver. Además de no lograr el consenso para algunas leyes específicas como la reforma constitucional o la reforma del consejo de la magistratura, en lo personal me faltó pensar, planificar y proyectar algunas políticas a mediano y largo plazo, que se sobrepongan y trasciendan la coyuntura”.