Ushuaia 08 de marzo 2019. En el marco de las actividades por el Día Mundial de la Mujer, la reconocida socióloga, historiadora y feminista argentina, Dora Barrancos, disertó en la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, en la conferencia “La potencia de las Mujeres en la encrucijada” desarrollada el pasado viernes ante un auditorio colmado de estudiantes, docentes, organizaciones de la capital fueguina y público en general.
Junto a su par de CONICET Fortunato Mallimaci, Barrancos hizo un minucioso repaso de la condición femenina al largo de los tiempos y del ascenso muy importante que ha tenido en la actualidad la lucha de las mujeres por sus derechos, en gran medida motorizado por los medios de comunicación y las redes sociales.
-Usted estudio el feminismo en los últimos 30 años, ¿qué análisis le merece la coyuntura actual?
El modelo patriarcal evidentemente está perturbado, en los últimos años ha habido un ascenso muy importante en la lucha de las mujeres por sus derechos. Estamos en una situación que nunca ha vivido la historia del feminismo en nuestro país y también en el orden mundial. No recuerdo, que haya habido tanta masividad en las concepciones feministas de nuestra sociedad. No importa el rótulo, el hashtag, “soy feminista”. Lo que importa es la subjetividad, la insurgencia, la manifestación de “no me someto más”.
Es la primera vez que el feminismo en la Argentina se ha tornado un hecho de masas y esto es producto de las redes sociales y los medios de comunicación. Son de gran estrépito, sirven de agencia concomitante, haciendo que la gente se movilice. Inclusive, el movimiento “Ni una menos” se debe en gran parte a esta masividad, estridencia, y recolocación de tantísimas mujeres jóvenes, que se expresaron en extraordinarias manifestaciones.
¿A qué se refiere cuando expresa “la necesidad de potenciar a la mujer”?
Cuando haya una verdadera potenciación política de la mujer, no habrá necesidad de sostener la condición feminista. Algún día esta queja no tendrá sentido y no habrá necesidad de resignificar la condición femenina o masculina y estoy segura que seremos mucho más felices. Hay que seguir potenciando toda esa energúmena fuerza y lívido, que caracterizó las movilizaciones de los últimos años. Allí había deseo, una expresión formidable.
Una de las revoluciones más reciente de las mujeres fue la lucha por el aborto legal, que estoy segura que vamos a ganar esta batalla. Hay una visibilizarán mayor, de lo que es la crueldad. El imperativo de la crueldad patriarcal que imponen obispos, por ejemplo, obligando a niñas a ser madres. Esto es una brutal violación de derechos y además se constituye en un cuadro desgarrador de perversidad.
Considero que hay una profunda avería de derechos que está significando el actual régimen político en nuestro país. Hay un conculcamiento de derechos en general en donde las mujeres son más hostigadas, porque representan la mayor tasa de desempleo. Además, reciben los efectos perniciosos de la pérdida de sentidos que en general padecen los varones cuando pierden el empleo y suben las cuotas de violencia.
Sin embargo, hay una noción optimista, desde mi perspectiva y que es la potencia, más que el
poder. El poder es evanescente, tiene unas configuraciones de raíz patriarcal. Me gusta más la palabra potenciación, que empoderamiento. Porque significa un estado más fuerte, en el sentido que deriva de salirnos del lugar. Potenciar es elevar la circunstancia de nuestra subjetividad, de nuestro deseo de nuestra voluntad de cambio, a mostrar otro camino posible al actual.
-El feminismo tiene un largo camino recorrido, ¿cuáles son los desafíos que quedan por delante?
Hay muchísimos desafíos. En verdad el patriarcado está un poco averiado, maltrecho, pero goza de buena salud. Recientemente tuvimos un caso brutal: la cesárea a la que ha sido obligada una niñita de 11 años en la provincia de Tucumán. Eso muestra la potestad patriarcal, metida en poderes públicos y religiosos.
Hay que seguir trabajando por la conquista que favorecerá el aborto legal, pero creo que las otras dos batallas que vienen por delante son una absoluta modificación de las mujeres en el mercado laboral. Hay que garantizar, equidad participación en el mercado laboral, igualdad de trato.
Otro desafío que parece más lejano – y que quizás no lo vea yo y sí mis nietas- será la modificación de los patrones básicos de conductas ya actitudes por parte de las mujeres en el sentido de quebrar completamente la estabilidad de la vida doméstica. Lo doméstico siendo ínsita función femenina, debe quebrantarse. Esta es una de las conquistas que todavía va a demorar: la revolución de la vida doméstica es inexorable. Cuando llegue esa revolución podremos decir que habremos finiquitado el sistema patriarcal.
Cabe destacar que la visita de Dora Barrancos fue organizada a través del Instituto de Cultura Sociedad y Estado (ICSE) y la Secretaría de Extensión y Bienestar Universitario con el objetivo de propiciar un espacio de reflexión sobre género y sexualidades, las cuales la Universidad ha instituido en su agenda académica, mediante la puesta en marcha de diversas líneas de investigación y actividades de Extensión referidas a la temática.