Ushuaia 14 de abril 2019.- A casi un mes de cumplirse un año de conocida la condena de 8 años de cárcel, por el abuso sexual de dos menores, el empresario Héctor Darío “El Gringo” Weiss, comenzó a cumplir la pena encerrado en la cárcel, aunque las autoridades penitenciarias resolvieron que se cumpla en un lugar donde no tenga contacto directo con otros condenados y por ello se dispuso su traslado a Río Grande.

El 11 de mayo del año pasado fue dictada la sentencia de 8 años de cárcel a Weiss, al ser encontrado responsable de los delitos de abuso sexual simple en número indeterminado de veces y abuso sexual agravado por acceso carnal; por hechos cometidos contra dos menores de edad.

La semana pasada la resolución del Tribunal de Juicio en lo Criminal quedó firme, luego que el Superior Tribunal de Justicia resolviera declarar inadmisible el recurso extraordinario que presentaron los abogados Alejandro Berola y Norma López, para que el caso sea revisado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

La detención de Weiss se produjo el viernes, en horas del mediodía, en la oficina de la concesionaria de autos Citroën, en Ushuaia. De esta forma se ordena cumplir en encierro la condena, mientras la asistencia letrada del empresario intentará revertir la decisión del Superior Tribunal, interponiendo un recurso de queja, incidente este que no suspende el efecto del cumplimiento de la condena.

Debido a que las condiciones de la cárcel de Ushuaia son precarias para intentar que el empresario no mantenga contacto directo con otros internos, debido al riesgo en que puede estar su integridad física, en atención al delito por el cual fue condenado, las autoridades penitenciarias resolvieron trasladar a Weiss a Río Grande, donde se le acondicionará un espacio adecuado a su condición, aislado de otros presos comunes.

 

Razones de la condena

Para aplicar la condena de 8 años de prisión, los jueces del Tribunal de Juicio le asignaron credibilidad al testimonio de las propias víctimas.

En uno de los casos, se afirmó que la declaración de la menor “refleja la verdad real de lo acontecido, pudiendo afirmar que encuentro plenamente probada tanto la existencia material del hecho en trato, como la autoría por parte del imputado”. Por ese hecho, los jueces hallaron al empresario como responsable de “abuso sexual simple reiterado, en un número indeterminado de oportunidades”.

 

En cuanto al segundo hecho, los magistrados entendieron que Weiss abordó a la menor “de manera gradual”, hasta que en un momento la increpó con “sorpresivos besos y manoseos. El persistente accionar del imputado logró desparecer o torcer la conducta de la víctima”, agregó la sentencia, y mencionó que el condenado se aprovechó del carácter y de la “inexperiencia e inmadurez sexual de la menor, así como de su alto grado de vulnerabilidad”.