Ushuaia 24 de abril 2025.- Luis Vaccarelli, vecino de Ushuaia, cumplió uno de los sueños más profundos de su vida: conocer las Islas Malvinas. Su testimonio, cargado de emoción y memoria, fue compartido en el programa Entre Nosotros de Radio Provincia, donde relató en detalle cómo fue el viaje, los trámites, los sentimientos y los momentos más conmovedores que vivió en suelo malvinense.

“Salí desde Río Gallegos en un vuelo de LATAM y estuve una semana. También se puede viajar desde Punta Arenas, donde los vuelos salen todos los sábados”, explicó Luis, quien subrayó que no se necesita visa especial para ingresar a las islas, aunque sí un pasaporte vigente y un seguro médico obligatorio. “Aunque no estemos de acuerdo, hoy por hoy para entrar a Malvinas te tienen que sellar el pasaporte. Es así de sencillo, o vas o no vas. Si querés ir, te bancás el sello”, reflexionó.

Luis contó que desde niño sintió una conexión con Malvinas: “Tenía 12 años en el conflicto. A los 13 entré al Liceo Naval, donde la guerra era un tema permanente. Después me vine a Ushuaia, donde Malvinas siempre estuvo muy presente. Siempre fue un sueño conocerlas”.

El viaje fue posible gracias al contacto con un argentino que vive en las islas y lo invitó a hospedarse. “Pensé que el pasaje era impagable, pero me sorprendí: costaba 650.000 pesos ida y vuelta. Con alojamiento asegurado, no lo dudé. Fui sin saber bien a dónde iba ni con quién me iba a encontrar”.

Uno de los momentos más intensos fue la llegada al aeropuerto, ubicado dentro de una base militar. “Ahí ya te imponen todas las reglas: no podés usar gorra, no podés sacar fotos, no podés mostrar ninguna bandera argentina ni hacer manifestaciones políticas. Te entregan un folleto explicándotelo todo”.

Pero sin dudas, el instante más conmovedor fue su visita al Cementerio de Darwin y su paso por las trincheras en Monte London. “Ahí me senté solo a tomar mate entre piedras que aún conservan zapatillas, cepillos de dientes, cosas de los soldados argentinos. Sentí que estaba tomando mate con ellos. Fue muy fuerte”.

 

A pesar del respeto con el que fue tratado, vivió una anécdota tensa al intentar traer piedritas de distintos lugares de las islas. “Sabía que no se podía, pero me arriesgué. Me revisaron la valija, me sacaron todo sin decir una palabra, pero de las doce que llevé, cuatro aparecieron de nuevo entre mi equipaje. No sé si fue casualidad, pero me emocionó”.

El material fotográfico y audiovisual que recolectó lo compartió en sus redes sociales, a pesar de las críticas técnicas de sus hijos. “No fui con intenciones de documentar, fui a cumplir un sueño. Pero tanta gente me pidió que muestre, que decidí subir todo”. Luis dejó abierta la posibilidad de ayudar a otros a concretar su viaje: “Es mucho más fácil de lo que creemos. Y para quien lo sueñe como yo, vale la pena cada peso”.