Ushuaia 26 de septiembre 2025.- El presidente de la Cámara Fueguina de la Industria Nacional (CAFIN), Alberto Garófalo, expresó su preocupación por la situación crítica que atraviesan las textiles de Río Grande, tras las restricciones impuestas a su producción y la incertidumbre judicial que enfrentan varias de las empresas del sector.
En declaraciones a El Cronista Urbano, Garófalo señaló que “todo esto tiene que ver con una imposición de vacaciones a todo el personal sin acuerdo previo, luego de que la Justicia Federal de Comodoro Rivadavia limitara la salida de producción de Tierra del Fuego”. Indicó además que al menos dos empresas textiles más atraviesan dificultades similares.
Garófalo recordó que los problemas comenzaron con el decreto 727 de 2021, que prorrogó el subrégimen industrial bajo condiciones más restrictivas para las textiles. “Ese decreto fue discriminatorio y confuso. Finalmente, la autoridad nacional eligió la peor interpretación, lo que dejó fuera de régimen a cinco de las once empresas que estaban en actividad”, explicó.
Según detalló, las cautelares presentadas por algunas compañías fueron perdiendo vigencia y una de las más grandes, Sueño Fueguino, quedó con sus derechos suspendidos. “Esto responde a un lobby histórico de empresas textiles del continente, que siempre buscaron terminar con la producción fueguina porque les marcaba un límite de precios en el mercado interno”, afirmó.
El dirigente denunció que Nación estableció un “cupo en pesos” imposible de sostener, lo que reduce los beneficios impositivos a apenas uno o dos meses de operación. “Es un panorama realmente muy oscuro. Si no hay un compromiso político para frenar esta locura y rediscutir seriamente el futuro del sector, la industria textil en Tierra del Fuego va camino a la extinción”, advirtió.
Actualmente, de las once empresas textiles que funcionaban en la provincia, sólo ocho continúan en actividad, con alrededor de 700 puestos de trabajo en riesgo. “La falta de ventas, la presión judicial y la quita de beneficios generan un escenario insostenible. Lo que pedimos es un compás de espera de 180 días para abrir un debate serio sobre el futuro de la industria textil fueguina”, concluyó Garófalo.