Por Radio Universidad 93.5 informó que todavía no terminó la actividad de la Legislatura actual porque “va a haber una sesión para que presten juramento dos legisladores, a fin de completar el mandato de Pablo Blanco, en este caso será Pablo Canga y va a asumir el 10 de diciembre; también se va a reemplazar a Daniel Harrington que asume como intendente el día 11”.
“El viernes se aceptó la renuncia de la gobernadora a partir del 9 de diciembre, por lo cual el 9 a las 14 horas, se me va a tomar juramento como gobernador de Tierra del Fuego por la ley de acefalía”, dijo.
Para Arcando no es una sorpresa asumir esta responsabilidad, dado que “era una posibilidad después del resultado electoral, principalmente luego de las elecciones nacionales, cuando la gobernadora Rosana Bertone fue ungida por el pueblo de Tierra del Fuego como diputada nacional. Al presentar la renuncia el jueves, yo tengo que asumir por ley de acefalía como gobernador para terminar el mandato. Obviamente había pasado por la mente de uno, así que me tocará la responsabilidad de tener la transición entre un gobierno y otro entre el 9 y el 17 de diciembre”, sostuvo.
Se le preguntó si en ese lapso se puede cambiar algo de la transición traumática que se dio con Bertone, teniendo en cuenta que con Mónica Urquiza se lleva adelante sin inconvenientes la transición de la presidencia del Poder Legislativo. “Yo tengo buena relación con toda la clase política de Tierra del Fuego. Si hay algo que aprendí de quien me formó políticamente, que era Juan Carlos ‘El Chueco’ Mazzón, fue no generar ningún tipo de enfrentamiento, porque con el tiempo uno se puede llegar a arrepentir. Él me enseñó a tener buena relación, a trabajar para el bien común de la sociedad que uno va a representar, y esa es la única forma de lograr los objetivos. Ese aprendizaje lo he volcado a mi actividad. No tengo ni odio ni rencor, no tengo enemigos en la política sino todo lo contrario. Siempre he tratado de tener excelente relación con todos, y si alguno tuvo problema conmigo, la tuvieron ellos conmigo pero no yo con ellos”, planteó.
“No me gustan los enfrentamientos para nada, me gusta dialogar, consensuar, defendiendo la postura que yo pueda tener pero sabiendo que el otro también tiene su posición y la tengo que respetar y escuchar, tratando de ver si hay algo positivo entre el pensamiento de uno y otro para llegar a buen término. Por fuera de la política tengo la misma forma de actuar, y siempre he sido una persona de diálogo”, aseguró, por lo que habría un giro en la transición en los últimos días.
Consultado acerca de si le hubiese gustado terminar la gestión con un presupuesto aprobado, recordó que “la Legislatura tiene plazo hasta el 31 de diciembre para aprobar un presupuesto. Nos estamos manejando con un reconducido pero siempre uno anhela que se apruebe. Será la próxima Legislatura la que tendrá que evaluarlo, porque automáticamente se prorrogan las sesiones ordinarias hasta el 31 de diciembre y los próximos legisladores tendrán tiempo de aprobarlo o no”.
En cuanto al convenio colectivo de trabajo para estatales, aclaró que por los preparativos de la sesión del viernes pasado “todavía no tuve la posibilidad de leer este acuerdo con algunos gremios. No puedo opinar con respecto al tema y la respuesta la daré en otra oportunidad”.
Un buen balance
Como síntesis de los cuatro años como vicegobernador y presidente de la Cámara, indicó que su rol ha sido “tratar de buscar los consensos necesarios para tratar los proyectos que remite el Ejecutivo, y luego el trabajo en la Legislatura lo realizan los legisladores. Lo que queda pendiente y me hubiera gustado que se tratara tiene que ver con la ley de partidos políticos y con la posibilidad de una reforma constitucional. Esto fue planteado en este período pero no se lograron los consensos, y creo que en los tiempos que vivimos se necesitan modificaciones, para que el electorado tenga un panorama más claro al momento del sufragio. Hay que modificar muchas cosas para que tenga más transparencia de la que tiene el sistema electoral. Veremos si esto puede ser tratado por la nueva Legislatura y, para evitar cualquier tipo de malas interpretaciones, debe ser sancionado en el primer año”, subrayó.
“Cuando se intentan estas reformas en el último año de gestión y en medio de un proceso electoral, no es bien visto por la comunidad. Se necesita llevar adelante una reforma constitucional, también para modificar la transición, que es muy larga. Algunos recordarán el cambio de mando entre Estabillo y Manfredotti, que se hacía el 17 de enero, con elecciones en junio, porque se deben hacer tres meses antes de las nacionales. Esa fue una de las transiciones más largas, hasta el gobierno de Hugo Cóccaro, que se decidió adelantar un mes la entrega del gobierno a Fabiana Ríos. La fecha del cambio de mando no es el problema sino que hay que evitar que la gente vaya tantas veces a votar y se debería prever que se hagan las elecciones junto con las nacionales. Es menos gasto del que tenemos ahora, donde inclusive los municipios tienen la posibilidad de llevar adelante las elecciones en fechas diferentes. Hay que unificar para que el electorado vaya una o dos veces a las urnas. A partir del 1° de marzo se tiene que empezar a trabajar en esto y no el último año”, consideró.
Entre otros temas pendientes, mencionó “el puerto de Río Grande, la posibilidad de instalación de una petroquímica, la sanción de la ley de Península Mitre. Se necesitan tener los consensos necesarios en algunos casos y en otros no dieron los tiempos políticos para concretar el puerto”.
Asimismo, destacó que en la Dirección Provincial de Puertos “se van a dejar entre 450 y 500 millones de pesos a la próxima gestión para poder desarrollar la ampliación del muelle de Ushuaia, porque hubo una obra que iba a llevar adelante el gobierno nacional y luego fue abandonada. Va a haber fondos para esa obra y otras que sean necesarias. Esto tiene que ver con la buena administración que ha llevado adelante Néstor Lagraña en la presidencia de la dirección de Puertos. Tenemos que modernizarlo más y hay muchas cosas por hacer. Creo que es un gran desafío que tendrá el gobierno de Gustavo Melella. De acuerdo a los rumores, sería Roberto Murcia quien estará a cargo de la dirección. Los dos pertenecieron a la Prefectura Naval y si hay algo que conocen es el puerto”, dijo.
Futuro abierto a propuestas
Consultado sobre su futuro político, Arcando abrió varias posibilidades de insertarse en gestiones municipales, provinciales e incluso nacionales. “Uno debe tratar de colaborar con todos aquellos que puedan requerir alguna opinión. Yo tengo la satisfacción de haber pasado por todos los cargos políticos en la provincia de Tierra del Fuego. He sido concejal, presidente del Concejo, Secretario de Obras Públicas de la provincia, jefe de ANSES en Ushuaia, legislador provincial, vicegobernador y por ocho días seré gobernador. La experiencia que he adquirido se puede traspasar a otra persona que a uno lo consulte, porque uno quiere a esta provincia, que me ha dado todo. Lo que yo pueda hacer, va a ser desinteresado. Si soy convocado por el nuevo gobierno, lo analizaré y tomaré la decisión. También se comentaba una convocatoria desde Tolhuin, desde la Municipalidad de Ushuaia. Hay varias posibilidades. Por el momento no he charlado con profundidad de ninguno de estos temas porque soy muy respetuoso de quien ha sido elegido tanto en la municipalidad de Ushuaia como en la de Tolhuin y el gobierno de la provincia, y obviamente del compañero Martín Pérez que ha sido elegido en Río Grande”, dijo.
Respecto de algún cargo nacional, observó que “todavía no están definidos todos los ministros que van a ocupar los cargos. El único definido es Arroyo y hay que darles tiempo. El 10 de diciembre asume Alberto Fernández, hasta el 17 de diciembre yo estoy a cargo en la provincia y no estoy desesperado por ocupar algún cargo político. Si hubiera algún ofrecimiento o tuviera alguna charla con un dirigente nacional, el cargo tiene que estar relacionado con Tierra del Fuego y con la Patagonia”, expresó.
Fuente: P23