Ushuaia 12 de septiembre 2018.- Globalización y salmones -Por Sergio Osiroff (*)
Geografía provincial
¿Dónde está la boca oriental del Canal Beagle? Reformulemos la pregunta: el Estrecho de Le Maire, que separa Isla de los Estados de Península Mitre, ¿está dentro del Canal Beagle?
El interrogante viene a cuento del proyecto de investigación de salmoneras que, con fondos de la provincia, se está realizando (o en vías de realizar) conforme el Decreto Provincial N.º 1332/18. La lectura del mismo es inequívoca, ya que habla de la “realización de un Estudio de Cargas y Posiciones para el desarrollo sustentable de la Acuicultura de Salmones del Atlántico a realizarse en el Canal de Beagle”.
Toponimia para todos
Para empezar, la toponimia, máxime en documentación oficial, no es un tema menor. La Argentina, por ejemplo, llama Puerto Argentino a Puerto Stanley. O “Isla 25 de mayo” a “King George”. O Canal Beagle … al Canal Beagle. El tema planteado, que acaso peque de anecdótico o de exceso de purismo, puede no obstante invitar a deslucir la imagen de rigor con que se fundamenta un acto de gobierno. Porque una cosa es que un error toponímico lo cometa un estudiante de primaria. Y otro, muy otro, que surja de un documento oficial.
Como que estimula, del vamos, a preguntarse si un descuido de aspecto trivial, no se extenderá a los distintos factores vinculados a un proyecto. “El que es fiel en lo poco, es fiel en lo mucho”, dice Lucas.
Una canal largo y sinuoso
Volviendo a la geografía provincial y al decreto mencionado, puede observarse que, en “OBJETO”, se puntualiza que «LAS PARTES» acuerdan colaborar en la realización de un Estudio de Cargas y Posiciones, – en adelante el «estudio»- para el desarrollo sustentable de la Acuicultura de Salmones del Atlántico, en el Canal Beagle” (aquí sí, y en adelante lo mismo, el Canal recupera su nombre).
En todo el texto del acuerdo firmado por la provincia y ratificado por la Legislatura, a efectos de realizar la investigación vinculada a la introducción de salmonicultura, se habla del Canal Beagle.
Y el Beagle resultaría ser, entonces, un canal de mayor longitud que el conocido hasta la fecha, a juzgar por las declaraciones públicas del Secretario de Agroindustria y Pesca provincial a Revistapuerto, en que reconoce que los estudios de salmonicultura incluirán Bahía Buen Suceso.
Basta observar una carta náutica o un mapa, para advertir que Buen Suceso se encuentra, Estrecho de Le Maire de por medio, frente a la Reserva Natural Isla de los Estados.
A falta de Beagle, buenas son costas
Cualquier costa, a decir verdad, porque a tono con las declaraciones del Secretario, “los puntos no corresponden exclusivamente al Canal del Beagle; si bien varios puntos quedarían dentro del Canal, varios también están fuera. Se ubicarían desde la costa del Canal hasta la punta de la Isla, como Bahía Buen Suceso”. Al margen de que el canal, ahora, aparentemente pasó a ser propiedad del Sr. Beagle, es claro que los estudios de salmonicultura incluirían puntos que están fuera de él y, por lo tanto, fuera del marco geográfico establecido por el acuerdo refrendado por la Legislatura y aprobado por Decreto provincial.
¿Es así, o hay otros decretos, disposiciones o addendas que, hoy día, no están accesibles al conocimiento público? ¿O, si están, es difícil encontrarlos? Si hay otras normas de existencia real, se agradecería su publicación. Felices los que crean sin ver, pero en estos casos no viene mal ver para creer.
Y en ese caso quedaría, esta columna, reducida a un juego toponímico. Ningún problema en reconocerlo. Nobleza, obligará.
Aguafuerte fueguina
Roberto Arlt sostenía que, en nuestro país, las leyes “que no se fuerzan ni se violan, se tuercen como medias de pobres, se adaptan como trajes de serie, quedando las pobres tan maltrechas, tan sin jugo, tan sin ley, que ya no son leyes, sino entuertos”.
Los proyectos de salmonicultura intensiva (y granja multitrófica) son, por lo menos, debatibles.  Quien ésto escribe no oculta su oposición a ambos proyectos, pero está dispuesto a admitir y respetar posturas contrarias, siempre que medie racionalidad y rigor. Son múltiples los aspectos a considerar.
Pero prolongar imaginariamente el Canal Beagle, o llamarlo incorrectamente, o extender fuera de él estudios que en el propio acuerdo homologado por la Legislatura los circunscribe a su geografía, o pretender salmonicultura en aguas adyacentes a una reserva natural, no son necesariamente un buen comienzo para un debate en serio.
(*) Docente de la carrera de Ingeniería Pesquera de la Facultad Regional Tierra del Fuego de la UTN