logo-parla-1Ushuaia 21 de Octubre 2016.- Hay muchos temas que preocupan a los chicos. El principal, la violencia de género. También la discriminación, el bullying. Entonces muchos se sentaron a escribir sobre todo lo que los perturba. Sus trabajos llegaron al Inadi, que eligió 73. Todos esos chicos de distintos rincones del país se reunirán en Buenos Aires la semana que viene, irán al Congreso de la Nación, serán diputados por un día y discutirán un proyecto contra la discriminación para que luego sea aprobado por los legisladores. Es el tercer año que se realiza el Parlamento Federal Juvenil. Esta vez será entre el 25 y el 30 de octubre. Los chicos fueron elegidos por trabajos que hablaron sobre discriminación por aspecto físico, racismo, xenofobia, discapacidad, acoso escolar y ciberacoso, violencia de género, embarazo adolescente, diversidad sexual e identidad de género.

“Los chicos primero se van a reunir con asesores de senadores, que les van a explicar cómo se construye un proyecto de ley. Después discutirán un proyecto de ley sobre discriminación y bullying en distintas comisiones. Hasta que finalmente, el tercer día, se sentarán en el recinto para sancionar la ley”, explica a Clarín la directora de Promoción del instituto, Gabriela Amenta.

“Como lo fue en los parlamentos anteriores, la violencia de género sigue siendo un tema que les preocupa a los jóvenes. También los noviazgos violentos y la identidad de género -dice Amenta-. Se les da voz y visibilidad a los jóvenes en temas que en principio parece que sólo discuten los adultos. Pero hay que tratar de trabajar estos temas con ellos en la escuela, en sus casas, con sus padres”.

Los jóvenes no son sólo el futuro. Hay que escucharlos. Como a Fermín Vargas, que estudia en una escuela rural: el secundario N° 10 del Cóndor, en Jujuy. Fermín habla de la grieta. Para él, esta grieta existe entre las escuelas de la ciudad y las rurales. Habla de desigualdad, y de la sensación de discriminación que sienten los alumnos que no van a escuelas urbanas. Fermín vive en Cieneguillas Azul K’asa, a 20 kilómetros de la escuela, el camino es difícil de recorrer por las piedras, los arenales, los baches. A la mañana hace frío, está oscuro y el cementerio que bordea el camino da miedo. “La igualdad no se cumple en la escuela. Las carencias que vivimos con respecto al transporte, calefacción, internet e libros las padecemos cada semana que tenemos que llegar caminando o tomando clases soportando el frío, lo que a veces nos quita las ganas de estudiar, pero seguimos porque si vamos a un colegio de la ciudad vamos a estar más alejados de nuestra familia. El Estado debe llevar adelante acciones concretas. No alcanza con declarar que toda persona tiene derecho a la educación sino que el Estado debe facilitar su acceso construyendo escuelas y brindando los medios de transporte para llegar a ellas”.

Alika Pascual Kinan tiene 16 años y va a al Colegio Don Bosco de Ushuaia, Tierra del Fuego. Alika eligió hablar de violencia de género y trata de personas con fines de explotación sexual, y no es casual, porque su madre fue víctima por 20 años y hoy está por enfrentar el primer juicio en que una víctima querella a sus proxenetas y al Estado. “La prostitución no es un trabajo, es una de las tantas formas de violencia de género, ya que las mujeres son tratadas y usadas como un objeto. La experiencia que tengo sobre este tema me dejó bien en claro que no quiero ver más casos de muertes, violaciones, mujeres desaparecidas, niños que quedaron huérfanos. Necesitamos que las políticas públicas de nuestro país realmente sean comprometidas en la construcción de un futuro digno de todas las mujeres. Los derechos de las que fueron víctimas y sus familiares deben ser restituidos de manera legítima como marca la ley”.

Fuente Diario Clarín